No sé

No sé qué escribir y se me acaba el tiempo y se me van las ideas

No sé que escribir y no se qué hacer con mis instantes

No sé que escribir y siento que ya me están llamando, que gritan mi nombre, como si toda yo cabiera en sus palabras fuertes, y no respondo, o más bien, respondo en silencio como siempre, para que sus gritos sean más desesperados y más rabiosos que nunca

No sé que escribir porque cuando se me antoja antes me viene el tedio de la medianoche y la computadora, y la risa de mi madre me recuerda que la realidad vuelve a ser real cuando decida levantarme de mi silla.

No sé que escribir porque tal vez no debería, porque ya para qué, porque al fin y al cabo mejor guardar silencio y dejarlo todo, y cerrar los ojos de una vez por todas.

No sé que escribir porque ya no quiero escribir

Y no quiero escribir porque no sé que decir, porque todos los pensamientos del mundo se han quedado para la almohada, y porque no sé como expresar que ahí donde la línea del día se acaba, me quiero inventar más horas para no hacer nada y ver como las nubes de la noche se inventan pegasos que vuelan en la madrugada...

Solo quiero abrir los ojos en la mañana

Cartas egocéntricas



¿Egoísta yo?

Miles son las virtudes pero millones los defectos. Egosita...¿qué es el egosimo? extrema individualidad o celos excesivos por lo propio? Egoísmo, egoísta...yo, sí...¿Y? quieren que me sienta culpable, ¿eso quieren? pues no, en mi alma no hay ni un ápice de culpa, porque ya mucho he pensado en los otros sin que los otros hayan pensado en mí, por eso ahora me importa un rábano ellos y sus necesidades, solo me importo yo.

Egoísta, sí. Y quien me lo recrimine como ofensa saldrá con el rabo entre las patas, porque no me ofendo, no me ofendo y al contrario, elevo la bandera al mastil y lo proclamo a los cuatro vientos. Egosita no fui antes, y por eso me tomaron por tonto, egoísta soy ahora y me condenan al infierno. Tengo ambiciones, señores, las tengo. No como ustedes que agachan la cabeza ante la voz fuerte y la mano dura. Hipócrita yo? tal vez; porque agacho la cabeza también, pero los ojos, ja! los ojos están unidos al pensamiento y miran siempre de frente, hacia metas invisibles que se levantan inalcansables y tentativas.

Por eso soy diferente a ustedes, señores. Quiero el poder porque el poder lejos de corromper el alma, la lleva hacia algo superior. ¿Dectecto miedo en sus ojos, señores? ¿les aterra mis palabras acaso? El miedo es su enemigo porque ustedes le dan vida; asi como el poder se vuelve maligno cuando uno se dedica a servirlo. No sean badulaques, señores. Yo no estoy para servir al poder, sino para que él me sirva a mí. Yo no sirvo a nadie porque nadie en tantos años me agradeció cunado sí lo hice. ¿Egoista yo por pensar así? tal vez egosimo no ¿resentimiento? resentimietno sí. Pero ahora que ya no soy el de antes no me interesa desperdiciar mi tiempo en esas cosas. ¡Por favor! no se engañen, señores, mi conducta no obedece más a esos sentimientos.

Ahora quiero ser libre y manejarme a mi manera, quiero ser el mejor pero no solo el mejor, quiero ser excelente; aunque para ello debe de prescindir de udtedes. No me miren así, por lo que más quieran, no me conmueve su desamparo, pero sí su cobardía. Arriba la cara señores, mirenme a los ojos, que por algún lado se empieza a ser egoísta. Sí, egoísta, lo escucharon bien, en esa palabra que repudian habrán de convertirse si es que quieren sobrevivir.

No han visto el mundo de afuera, señores? no han visto a las bestias y a los salvajes? no los voy a protejer más porque en tanto tiempo nadie lo hizo conmigo y ahora soy esto...y no me arrepiento. Ahora lucho sin doblegarme.

¿Morirán?

Pues claro, muchos de ustedes morirán, los que no estén preparados, los que insistan en la caridad como modo de vida.

¡Abran los ojos señores! no actuen para ganarse el cielo, porque si no se han dado cuento, viven en el infierno.

¡Arriba ese ánimo, señores! Porque así como muchos de ustedes morirán, algunos sobrvivirán. Esos son los elegidos, los más hábiles, los más fuertes, los que dentro de algunos años le darán este mismo discurso a las nuevas generaciones, y ya sin culpabilidades, y por la experiencia de todo lo vivido, observarán sin el menor rastro de remordimiento el terror que se instala en sus ojos ante la idea de desamparo.


Así pues señores, ¿Egoísta yo?
Sí, yo egoísta.

El Cuadro


Levantó la mirada y lo vio otra vez. Otra vez. Ahí estaba. Sucio,de pintura. No la veía, si la miraba. Y en cada pincelada se robaba algo de ella. Se lo arrancaba desde adentro, desde un lugar que no era piel, no era sangre. Y sin embargo, estaba tan arraigado en ella, que dolía...por su pasión, y por un pedazo de lienzo que no latía como su corazón cada vez que lo miraba.

Se preguntó con sería morir y pensó, sonriendo levemente, que ya estaba muerta, porque su vida no era vida. Entrecerro los ojos y vio el moretón violeta en su pierna. Los fue cerrando más hasta que solo vio una mancha violácea en medio de la negrura. Se preguntó de nuevo cómo sería morir si ya estaba muerta, y entonces...

Dejó de respirar.

Mientras sus pulmones desesperados no le permitían pensar por qué la gente condenaba a los suicidadas, unas manos tomaban sus hombros, primero suave y después con violencia. Hasta que la soltaron tan repentinamente, que por un momento su conciencia, ya empezando a caer en la espesura de la nada, reaccionó en un instante. Pero ni toda ella había empezado ya a morirse cuando el contacto del agua helada hizo que despidiera, no para siempre, su feliz deseo.

El despertar fue frente a unos ojos duros y unos látigos en forma de mano humana. Mano de hombre. Del hombre que amaba.

Se encogió como solía hacerlo siempre que se sentía como florero roto o animal de carga. No gritó. Porque la muerte es muda y ella hace rato que se había convencido que estaba muerta. Pensó que si los moretones fueran de varios colores, seguro que en este momento parecería un arcoiris. Quizo reir, pero sintio miedo. A parecer loca, a que se enojara más, al sabor de la sangre, al dolor de la humillación, a él.

"No todavía ¿me entiendes? no hasta que termine el cuadro, ni se te ocurra intentarlo otra vez"

Le dolían hasta los sentimientos, pero con un gran esfuerzo logro incorporarse y ponerse en posición otra vez. Estaba molesto, y entre dientes mascullaba algo que no alcanzaba a oir. Discretamente observó su brazo, la marca de una mano enrogecía su piel. Era esa una mano ya conocida, no por las agresiones, sino por las caricias que poco tiempo atrás había disfrutado su cuerpo. Sintió frio derrepente. El ambiente estaba caliente, pero ella tenía frio porque no le gustaba estar desnuda pero más que nada porque no le gustaba recordar la época en la que había sido feliz.

Cuando se enamoró de un pintor. Cuando soñó con la vida. Cuando le propusieron matrimonio. Cuando comenzaron a pintarla en un cuadro.

Ahí se detuvo. Dolía. Recordar dolía.

Porque revivir los momentos de felicidad le hacían revivir automáticamente los momentos de tristeza. Fue entonces que sintió el frio otra vez, mientras recordaba que nunca le había dolido tanto la palabra puta como escucharla del hombre que amaba. Y lo peor de todo es que tenía razón. Solo que ella era la que quería decirselo, y no el tipo ese que en un arranque de despecho busco al único que de verdad le importaba en este mundo, y se lo dijo. Empezó a tiritar mientras recordaba a trazos cortos los gritos,los malos tratos, los primeros golpes...y la proposición.

Se dio cuenta de que las uñas se le empezaban a poner blancas, pero no les hizo caso, el recuerdo de las noches de constante humillación era más poderoso. Se veía a ella misma entre sábanas sucias, encogida como un florero roto o un animal de carga, odiándo a ese hombre que amaba por esperanza.

Le pesaban los párpados. Y su mente comenzaba a nublarse, los recuerdos se entremezclaban laberintistícamente, ocasionándole un agudo dolor de cabeza.

¿Te gustaría que te pinte? Aquí mismo en la plaza, si quieres. !Oigan todos, voy a pintar a la mujer más linda del mundo! Callate, Roberto, estás loco! Claro que estoy loco, mi amor, pero por tí mi musa, te amo. Yo también te amo. Qué es eso que me dijo el hombre ese que salió de tu casa ah? AH! Baja la voz que los vecinos te van a oir, entra a la casa. Yo no entro a ningún lado hasta que me expliques que es lo que está pasando. Roberto, mi amor yo te amo. Porqué no haces tu trabajo de puta, porque eso eres no? una puta, ya deja de llorar carajo. Por favor Roberto dejame ir, dejame. Nunca hasta que termine el cuadro, y agradece que seguimos juntos, que sigo viendo por ti. Me haces daño. Tu también me haces daño. Entonces porque seguimos juntos. Porque eso querías no? por eso no me dijiste nada. No quiero vivir así. No quiero vivir sin terminar este cuadro. Roberto. Qué quieres. Te amo.

El primero que se dio cuenta que estaba muerta fue Carla, que hace algunos años fue Carlos, pero ahora que ya nadie se acordaba de eso, no vale la pena mencionarlo. Carla, que ya llevaba varias semanas sin ver a su amiga, por fin logró reunir el valor suficiente como para enfrentarse a ese pintor bohemio que, estaba seguro, perdón, segura, que la maltraba. Estaba dispuesta a volver al porte de macho bruto que nunca tuvo con tal de defenderla.

Pero llegó demasiado tarde.

Desde el teléfono público de la esquina se convirtió en la llamada anónima que alertó a la policía de lo sucedido. No se atrevió a dar su nombre. Uno, porque todavía estaba legalmente registrado como Carlos. Y dos, porque sabía lo crueles que son los policías con los "raritos". Ya una vez le había pasado algo, no permitiría que pase una segunda vez. Le sorprendió la rapidez con la que su mente, en esas circunstancias, maquinara su venganza mientras por el otro lado de la línea un alertado policía, quizá su futura vícitma, le tomaba la declaración.

Y mientras desesperado, ahora sí en serio, le daba todas las indicaciones pertinentes, su mano derecha cogía firmemente el marco de un cuadro. Que a la luz de un sol de medio día relfejaba la figura a medio pintar de una hermosa muchacha sentada en la plaza que ahora mismo devolvía todo la alegría y el bullicio para cualquiera que se asomara a verla por la ventana.



Vida de Telenovela

Hoy ví como Fermín Requena encontró a Esperanza. También vi como disparó al aire y ella se cayó del caballo. Se quedó ciega. Justo ahora que ya se habia probado que no era hermana de Luis Gustavo, y que Silvia había perdido al bebe con el que lo chantajeaba. Justo ahora que la mamá de Luis Gustavo enfermó repentinamente de cáncer terminal y ya no sería un obstáculo para su amor.

Pobre Esperanza, que se va quedar sola porque Luis Gustavo no la puede cuidar, la mamá se le está muriendo a varios kilometros de distancia. Y la mamá es la mamá. Aunque esta esté utilizando su enfermedad como chantaje para mantenerlos separados.

Pobre Luis Gustavo, que quiere mucho a Esperanza, desde chiquito. Y no entiende porque Silvia se ensaña tanto con él y no le da el divorcio, si ni siquiera lo ama.

Y pobre yo que se me acaban las vacaciones y ahora con el accidente de Esperanza la novela tiene para rato y ya no voy a poder verla más.

Aunque para todo hay solución en esta vida y por eso Dios creó el Youtobe. Pero a tanto no llego, no me voy a poner a buscar capítulos por internet. O tal vez sí. ¿Por qué me gustarán las novelas?

¿Por qué las personas ven novelas?

Las novelas son tontas porque:

1. La histopria es la misma. Chico pobre, niña rica. Niño rico, chica pobre. O la hija de la mujer que más odiaba la mamá del protagonista (porque creía que era amante de su esposo) se enamoran perdidamente. O ambos prtotagonistas pertenecen a culturas diferentes. O hay un trágico hecho del pasado que esconde un secreto que no les permite estar juntos. O uno de ellos se enferma y no se puede realizar su amor, etc, etc,etc.

2. La protagonista sufre como si la pobre estuviera pagando los pecados de toda la humanidad. Y no hay escena que no llore como Magdalena, en el hombro de la mejor amiga, la mamá moribunda, o el amigo enamorado en secreto de ella.

3. Todo es predecible. Hasta los malos. Que son malos tan malos que al final terminan como ellos mismos: mal.

4. El final siempre es el mismo: Mi amor, después de todo lo que hemos pasado al fin podemos estar juntos. Si mi vida, y aquí, en el altar, te juro que nadie nos separará jamás. ¡Hay mi amor! ojalá te escuche la virgencita de Guadalupe y proteja siempre nuestro amor...

Apenas empieza una novela, desde la misma intro uno se da cuenta que fulano se mete con sutana pero de la que está enamorado es de mengana. Todo un enredo, y sin embargo, la gente sigue viendo.

Porque sabe que a pesar de que María del Carmen de Las Astas y Rivera, fue humillada, renegada como hija, abusada, victíma de un accidente que la dejó paralítica, de un secuestro, del rapto de su primer hijo, supuestamente engañada por el hombre que ama, traicionada, casi desfigurada, otra vez casi abusada...se quedará al final con Carlos Alberto de las Torres Noriega Riboso.

No entiendo a la gente porque pierde el tiempo en algo que no tiene sentido. O mejor dicho, ya tiene sentido demasiado obvio pero igual lo siguen viendo. No los entiendo, no me entiendo.

Mi yo uno le dice a mi yo dos que mejor apague la tele, que ponga música, que termine ese libro que comenzó hace tiempo y que hasta ahora no acaba, que baile, que dibuje, que converse un rato con él, pero que por favor no se quede prendida a la cajita negra, que por último cambie de canal, que mejor vea una pelicula. No, no otra novela yo dos, no! no te detengas en el canal diez! espera ese canal! si sí! NO! yo dos, no el canal doce, avanza, avanza...diablos.

Yo uno suele ser más inteligente que yo dos.

¿Qué? no espera, estoy escribiendo. Ya, está bien. Lo siento, yo uno tiene sueño, dice que me vaya a dormir, que mejor él acaba el post. (Ya, esta bien! que fastidioso eres yo uno) Aquí les dejo con yo uno y su explicación de porque yo dos y el resto de las personas ven novelas:

Las novelas son cursis, tontas, predecibles, aburridas largas, tediosas y la gente las ve porque quiere ver el final feliz y vivir de las experiencias ajenas, punto.

(Ps, Ps...yo uno, tienes que explicar un poquito más)

Lo que sucede es las novelas tienen sus picos de intensidad, de emociones y situaciones que en la vida nos sucederán a nosotros mismos, por eso las vemos, para luego pensar "hay! si yo fuera ella, hubiera hecho esto" o " Si yo fuera ella me quedaba con el otro"

Si yo fuera...

Cuando uno ve novelas no existe el "Yo soy" por una hora uno es el eterno "si yo fuera" Nos alimentamos de las experiencias de otros, porque esos otros son los que viven en un mundo relativamente perfecto donde los malos, solo porque son malos reciben su castigo, y los buenos, porque son eternamente buenos, merecen la gloria y la felicidad eterna, amén.

Por eso a yo dos le gustan las novelas. Felizmente siempre está yo uno para hacerle reaccionar, para decirle que la vida es tierra no porque se ve a través de la pantalla, sino porque se puede oler y tocar. Para hacerle entender que por un día que pierda un capítulo no es el fin del mundo, que mejor salga, que para eso está, para ser la protagonista de su propia historia.

Yo uno aveces le apaga la tele a yo dos. No me quejo de niguna de mis dos yo, las dos se comportan bien.

Quiero saber que pasará mañana con Luis Gustavo. Yo dos le pedirá permiso a yo uno. Quiero saber qué pasará pero no quiero vivir pensando en el qué pasará, ni en el "Si yo fuera"

También tu ves novelas?



PD: Este post va dedicado a I. con la promesa de que en el próximo se colgará el cuentito sórdido que desea. Sorry I, pero el accidente de Esperanza todavía me tiene conmmocionada, tenía que escribirlo.

PD de la PD: También quiero dedicar este post a C, que siempre me deja reflexionando con sus comenterios. C: que acabe con Tertuliano Máximo Afonso y buscaré "La mujer Ballena". Me encantaría leerlo.

Oye..estoy gorda?



Estoy gorda. No mentira. Si sí, verdad. Ya, está bien, soy normal. No. Estoy gorda.

Le pregunté a E y a I si estaba gorda y me dijeron que no. Debes saber que E e I son mis padres,su opinión no cuenta. Le pregunté a D si estaba gorda y me dijo que no. D es mi hermana, su opinión...cuenta...más o menos. Le pregunté al espejo si estaba gorda, el espejo me dijo que tenía que reconciliarme con el deporte. Mandé al diablo al espejo, no me gustan los deportes. Ahora tampoco me gustan los espejos...estoy gorda.

No
Si
No
Tal vez
No me interesa

O tal vez sí

Y sin embargo...no entiendo. Por qué siempre las chicas preguntamos si estamos gordas? Espera, estoy generalizando, pero es que a la mayoría de las chicas que conozco les he escuchado, por lo menos una vez, preguntar ¿Crees que estoy gorda?

¿Por qué preguntas?

Porque si sabes que estas hecha una vaca mejor te quedas calladita, y si sabes que puedes ser la próxima Miss Hawai and Tropic entonces no hay necesidad de hablar, basta con mostrar. Entonces por qué preguntas.

¿Tú sabes?

Si eres hombre probablemente no...nadie me ve ahora pero me estoy riendo...perdón...es que yo sí sé...y me encanta ver la cara de los enamorados de mis amigas cuando alguna de ellas les suelta, sin más preámbulos y donde sea, la dichosa pregunta. Y me rio. Mientras los pobres les dice una y mil veces "no mi amor tú no estas gorda"

¿Sabes por qué preguntan? ¿Sabes por qué preguntamos? ¿Sabes por qué preguntó?

Sí lo sabes

Porque queremos que nos digan que estamos flacas. Así de sencillo. Se acabó el enigma. No es tan complicado. Si alguien te pregunta, tú de frente, no le dejes terminar la frase,interrúmple, cortala con un rotundo NO, no estás gorda, estas bien, eres normal, mi flaquita, mi amor, mi vida. Dile lo que quieras, igual no va funcionar. Qué? te sorprende? A ver...como te lo digo, es que el asunto no es si está gorda o no. Lo que pasa es que tenemos miedo. Ajá, miedo. A estar gordas.

Yo tenía una amiga super buena onda, M siempre ayudaba en todo y se ofrecía para todo. M también iba a las fiestas...pero nadie sacaba a bailar a M. Es que M era gorda. También tenía a mi amiga R, extaordinaria consoladora y dulcisísima amiga. Un día, en esos años de colegio, escuché a "esas chicas" hablar de R, ellas estaba hablando de R!! como si la conocierán!! como si su mundo se hubiera detenido un segundo para darse cuenta de que R existía. Entonces rajaron de R "No me gusta esa R es fea parece un moustro y además es gorda".

Hace poco me subí a un micro, esos que son chiquitos, incomoditos y muchas veces apestocitos. También se subieron tres chicas, tres chicas pitucas, mejor dicho, dos chicas pitucas y una chica gorda pituca. Eran ejecutivas, conversaban, reían... la chica gorda pituca se sentó en un asiento de dos. Las otras se sentaron en el asiento contiguo...y nadie quería sentarse al costado de la chica gorda pituca, una hasta le hizo una mueca. El mundo trata mal a las chicas gordas pitucas. El mundo trara mal a las chicas gordas pobres. El mundo trata mal a los gordos en general.

No todos, pero si muchos. Por eso uno tiene miedo, por eso paramos preguntando ¿me veo gorda? por eso no satisface ninguna respuesta. Por eso las visitas al espejo.

Todos lo hacen. Todos. No me digas que tú no los hecho.

No me interesa. Estoy aprendiendo del pequeño W, un chiquito de diez años al que sus amigos le dicen Panzón, Ballena, Chancho...pero a W le llegá rotundamente. Se rie a carcajadas, festeja sus apodos, inventa unos nuevos...tan diferente al chiquitito que conocí un día y al que sus amigos maltrataban por la pancita que le sobresalía de la camisa escolar. Al que insultaban, al que escupían, al que años más tarde de tímido se convirtió en un chico grosero, machista, malo. Yo lo conocí, de lejitos, pero lo conocí.

No quiero ser gorda pero lo que más no quiero es depender de otros. Quiero hacer deporte porque quiero hacer deporte y no porque sea el tip número nueve de una revista de dietas de famosos. Quiero verme bien y usar bikini porque quiero pues! no porque el comercial de la tele lo anuncie como spot de una marca de agua mineral. Y quiero comerme mi King Kong sin culpas ni reproches. Y quiero tener dulces sueños, sin preocuparme de la balanza y el centímetro.

¿Me veo gorda?

No
Si
Tal vez
No importa

A tí te importa?

Garabatos

Me da ganas de llorar de dolor
de rabia
de impotencia
de no saber qué hacer

Saco mis recuerdos y los tiendo a la luz
Me pierdo en un laberinto de nubez
de azul

Y no puedo
no puedo
y me revienta no poder
.
.
qué hago?
.
.
Mis ojos son mares
salados
.
.
qué hago?
.
.
Selladas las palabras
Mueren en mis labios
.
.
qué hago?
.
.
.
Impotencia



Grito ahogado



Dejo el lápiz




Tomo aire





Yo






He matado
.
.
.
.

Nunca seré spiderwoman

No me gustan las arañas, es más, las odio, y la verdad creo que ellas también me odian a mí.

Porque siempre aparecen cuando no hay nadie en la casa para socorrerme, porque no se conforman con quedarse en el jardín sino que entran a través de mi puerta y yo soy la única que me doy cuenta, porque cuando se saben decubiertas no se mueven, se quedan paradas mirandome con sus múltiples ojos, sabiendo que no me voy a atrever a matarlas y que mi indecisión será la bendición que les permita escapar del zapatillazo mortal.
.
.
.
Pero me atrevo, porque mas miedo que ver a una araña es saber que puedo ser picada por una. Es que de verdad les tengo miedo.
.
.
.
Desde cuando, no me acuerdo, no esta bién, si me acuerdo. Solo que no lo quería decir, pero ya que, bueno ahí va, no te rías, ya? estas listo?

Yo me inventé el miedo.

Sí, de verdad, te lo juro. Un día estaba pensado que yo no le tenía miedo a nada y pensando pensando se me ocurrió que debía tenerle miedo a algo, y entonces se me ocurrió, ahí estaba la idea de las arañas, era perfecta, era la fobia más común, entonces la cogí, la envolví y la puse en el baúl de mis miedos internos, esos que solo salen en pesadillas porque no son de este mundo. A partir de entonces aprendí a tener miedo a las arañas. Fue fácil porque tenerle miedo injustificada a cualquier cosa es lo primero que el ser humano aprende en la vida. Pero las cosas no salieron como yo las había planeado y derrepente me encontré un día conque el miedo a las arañas había crecido tanto que ya estaba aplastando a los otros temores.

Se salió de control y no sé como remediarlo. Aprendí el miedo y aprehendí el miedo, las dos cosas al mismo tiempo, pero la segunda más peligrosa que la primera porque ahora no sé como quitarmelo. La gente pensará que si yo decidí tenerle miedo a las arañas también puedo decidir no tenerles miedo. La gente no sabe nada. No se puede, es difícil, nisiquiera puedo ver como las matan, simplemente me cubro los ojos y espero que mi hermana, que es menor que yo, las liquide. Y la cosa no queda ahí, sigo haciendo berrienche hasta que alguién limpie su cadaver porque el solo saber que sus patitas retorcidad siguen en el suelo me da pavor hasta los huesos.

No sé que voy hacer, o tal vez si sé. Por ahora me estoy entrenando, ya puedo matar a las chiquitas, esas que parecen pelusitas llevadas por el viento, pero a las otras, a las de jardín, a esas les tengo respeto, con ellas sí que no me meto todavía, por lo menos hasta que adquiera un poquito más de experiencia.

Yo sé que cuando decida, y en verdad decida con una desición contundente, no tenerle más miedo a las arañas el temor del baúl se irá desinflando poco a poco. El problema es que todavía sigo vacilante, porque cuando uno piensa que ya no le tiene miedo a nada ahí mismito viene las vida a demostrate lo contrario, y son los miedos no reales los que más daño hace a las personas.

Hoy decidí que quiero ser valiente otra vez, pero ahora estoy demasiado cansada como para saber si la desición que tomo ahora me durará hasta mañana. Pero creo que me puedo quedar tranquila, mañana será otro día y vendrán otros temores conque lidiar, y no todos estarán relacionados con las arañas, así que podré enfrentarlos con el gusto de la valentía nueva adquirida.

Para tal caso, siempre me queda el recurso de reemplazar un miedo por otro, pero esta vez elegiré algo un poco más lejos de mi alcance, como el koala, por ejemplo.

y tú? a qué desicidiste tenerle miedo?
.
.
.

Campo Santo



-Yo no fui señor

Julián miró los ojos suplicantes de Josefino. Conocía a ese chiquilló desde que lo parieron. Desde hace cuánto tiempo ya? unos trece o catorce años, suponía. También conocía a su padre, un pobre borracho al que metía a la carceleta de vez en cuando por alterar el orden público; y asu madre, una vieja gorda con cara de santa a la que hicieron un montón de hijos pero todos se les fueron muriendo o se los fue arrebatando la vida "solo le queda este y para que le sirve" pensó Julián.

-Don Julián, este chiquillo me robo mis gallinas, el otro día lo vi merodeando por mi patio y ahora me falta media docena...media docena!! y de las buenas, las ponedoras carajo.

-Cálmese, cálmese don Carlos, el chico sabe que acá no nos gusta los ladrones, cierto chico?
-Pero si yo no...
-Mira muchacho, yo no soy tu padre, pero sí te digo que si no admites tu culpa y le devuelves las gallinas acá al don, te va a caer una tunda de la que no te olvidarás en tu vida.

Josefino bajo la mirada. Julián, detrás del escritorio que le daba poder, miraba al par de despojos humanos que tenía en frente. Un muchacho que apenas y estaba dejando de ser un niño, con las ropas sucias y remendadas; y un viejo de aspecto similar, aunque con dinero sufieciente como para comprarse buena ropa. "Viejo de mierda, le sobra la plata pero no puede reemplazar los calzoncillo huecudos que tiene, como si las gallinas que te robo el mocoso te hicieran falta, roñoso"

-Esta bien don. A ver muchacho, si no quieres confesar habrá que castigarte. No te puedo meter a la carceleta porque eres menor de edad, así que...si si un poco de disciplina no te caería mal...con diez latigazos le bastan don?

-Quizá veinte? mire que mis gallinas...
-Ya ya veinte. Gonzales! reúne al pueblo, que todos se enteren que no me gustan los rateros, y después me llamas...voy a estar en mi casa.

.....................

-Julián, Gregorio ha estado medio raro, no quizo comer y está callado.
-Qué?! ahora me va escuchar, que se cree ese mocoso que la plata cae del cielo?
-Pero no seas duro con él
-Tú que lo concientes demasiado mujer, me lo vas a volver marica.

Julián entra al cuarto de su hijo con paso firme y expresión adusta. Siempre estuvo orgulloso del muchacho, no era el mejor alumno de la escuela pero si el más bravo, le buscaba peleas a todos y siempre ganaba. "Mi hijo tiene los pantalones bien puestos" pensaba, pero nunca le decía nada. Al contrario, una tunda de vez en cuando y los regaños diarios era lo único que pensaba que necesitaba para volverse un buen macho. Por eso le sorprendió tanto verlo alicaído y medio lloroso.

-Y a ti que te pasa?
-Es verdad que vas a azotar al Josefino?
-Y a ti que te importa? ese chico ha robado y merece su castigo...y cuidadito con juntarte con ese muchacho, no se te vayan a pegar las mañas.
-Es mi amigo
-Yo creía que no tenías amigos...bueno bueno, uno menos tampoco hace daño, ya basta de lloriqueos y vete a comer, que tu madre está preocupada.
-Papá...

Gregorio sacó de debajo de su cama un saco sucio del cual desprendían unas plumas. De su bolsillo extrajo un fajo de billetes. En ese instante su mujer lo llamó. "Gonzales te busca, dice que todo está listo" Por un instante, Julián dudó. Miro a su hijo y al costal.

-Quedate acá -dijo, mientas sujetaba el látigo enrollado en su cinto y se disponía a salir del cuarto.
-No
-Que cosa?! Te quedas acá mierda.

Julián salió de su casa dejando a su mujer deconcertada y a su hijo gritando encerrado. "No vaya ser que al huevón se le ocurra salirse y echarse la culpa frente a todos"

Mientras caminaba con dirección a la plaza, alzó la mirada al cielo. Estaba limpio y despejado. Respiro profundo y desenrrolló el latigo de su desgracia, el que horas más tarde olería a sangre fresca y muerte inocente. Pero entonces no sabía, no podía saber nada, solo pensaba. "Hace días que no llueve y hasta el sol ha salido, bonito día para castigar a un chivo" Se topó de golpe con una multitud de caras ansiosas de morbo, y con el chiquillo que parecía un rató asustado.

Estiró el látigo de su desgracia. Sonreía.


Mundo de Caramelo

Yo le solía tener miedo a la oscuridad.

y a los fantasmas

y a los zombis

y al mostro de debajo de la cama

y a la muerte

Cuando me asaltaban todos mis miedos juntos y en una sola noche (lo cual era muy frecuente) me levantaba en plena madrugada gritando fuerte: papaaaaaá acompañameeeeeeeee!!.

Y papá venía somñoliento, cruzando la casa de extremo a extremo para llegar a mi cuarto, echándose en mi cama que de infinitamente grande se convertía en reducidamente pequeña cuando él se dormía a mi lado. Pero yo feliz.


Porque en ese momento ni los fantasmas, ni los zombis, ni el mostro de debajo de la cama, ni mucho menos la muerte me podían asustar, porque estabas a mi lado.

Y cuando hacía el ademán de irse (cuando pensaba que estaba dormida) yo al toque me levantaba y le decía "todavía no te vayas". Sí pues mamá, te lo robaba y con franco descaro no me importaba volverlo a llamar a la noche siguiente, en la que volvía a venir porque sino yo lo iba a buscar.


Así pase mis noches de niña, pero aún recuerdo las noches de varios años antes, cuando todavía no iba al colegio, cuando era lo suficientemente pequeña para que mi padre me cargara en brazos y me cantara la canción del globo rojo.


Esa que tanta me gustaba y que tanta pena me daba


Esa con la que me arrullabas y tan efectiva era que después de unas cuantas vueltas alrededor de la cama ya me iba quedando dormida


Dormida en brazos pero despierta cuando ya intuía que me iban a llevar a mi cama.

Entonces así, toda despeinada y más en el reino de los sueños que en tierra firme, me subias a tus hombros y me llevabas a mi cuarto.

Y mientras tu planeabas por los aires yo estiraba mis deditos que rozaban el techo, perdón, el cielo... el cielo de tu mundo, papá.

Si yo fuera De Triana (Mediometraje)

Miro, las miro y las vuelvo a mirar, y con el silencio que nos deja la violencia en cada mirada, las vuelvo a ver otra vez y de nuevo…siento como la energía de sus cuerpos me alimenta fuerte y constante pero…siempre hay un pero…

Quiero poder disfrutar la vida en su máxima expresión, quiero sentarme a solamente sentir el roce del viento en mi cara, quiero entender, escuchar y ver con más claridad… tocar, sentir, experimentar sensaciones de vivir en un mundo que no es exclusivamente el suyo.

Quiero saber porque dicen que la luna es un queso y porque los ángeles no tienen espalda, conocer el mundo de las hormigas visto desde la lengua de un oso hormiguero.

Quiero tener el privilegio de sentirme como Rodrigo De Triana y gritar ¡Tierra! Y desgarrarme la garganta en el proceso… ¡Tierra! ¿Comprenden? ¡Tierra!

Quiero poder mirar hasta ponerme bizca con mi tercer ojo; y ver como los árboles se mueven de un sitio a otro durante la noche. Quiero encontrar a mi sentido común que se perdió de pronto y no me di cuenta. Averiguar si realmente el amor es el sentimiento más válido del ser humano y si la honestidad está en lo supuestamente mejor

Cuando haya averiguado todo... yo regreso... les prometo que regreso.



Puedes guardar un secreto?

Yo solo quería vivir

pero vivir implicaba un montón de cosas

entonces pensé que antes de vivir mejor era soñar

porque en los sueños los arcoiris y las casas grandes no cuestan ni dinero ni esfuerzo

pero pronto descubrí que uno no podía soñar siempre porque ahí estaba la mamá con su "hay! si no tienes nada que hacer porque mejor no me ayudas antes de estar perdiendo el tiempo!" o sino venía el profesor semiclavo y panzón que gritaba "señorita! preste atención a la clase" y por último siempre estaba la amiga que te decía "si pues no sabes y entonces yo le dije...me estás escuchando? mira que yo siempre te escucho cuando hablas y bla bla bla"

El mundo solito era muy complicado

así que saque un lapiz y escribí

y me gustó

por eso ahora escribo...pero shhh! no se lo digas a nadie

porque ahí mismito me van hacer volver

y yo me quiero quedar un ratito más.