Campo Santo



-Yo no fui señor

Julián miró los ojos suplicantes de Josefino. Conocía a ese chiquilló desde que lo parieron. Desde hace cuánto tiempo ya? unos trece o catorce años, suponía. También conocía a su padre, un pobre borracho al que metía a la carceleta de vez en cuando por alterar el orden público; y asu madre, una vieja gorda con cara de santa a la que hicieron un montón de hijos pero todos se les fueron muriendo o se los fue arrebatando la vida "solo le queda este y para que le sirve" pensó Julián.

-Don Julián, este chiquillo me robo mis gallinas, el otro día lo vi merodeando por mi patio y ahora me falta media docena...media docena!! y de las buenas, las ponedoras carajo.

-Cálmese, cálmese don Carlos, el chico sabe que acá no nos gusta los ladrones, cierto chico?
-Pero si yo no...
-Mira muchacho, yo no soy tu padre, pero sí te digo que si no admites tu culpa y le devuelves las gallinas acá al don, te va a caer una tunda de la que no te olvidarás en tu vida.

Josefino bajo la mirada. Julián, detrás del escritorio que le daba poder, miraba al par de despojos humanos que tenía en frente. Un muchacho que apenas y estaba dejando de ser un niño, con las ropas sucias y remendadas; y un viejo de aspecto similar, aunque con dinero sufieciente como para comprarse buena ropa. "Viejo de mierda, le sobra la plata pero no puede reemplazar los calzoncillo huecudos que tiene, como si las gallinas que te robo el mocoso te hicieran falta, roñoso"

-Esta bien don. A ver muchacho, si no quieres confesar habrá que castigarte. No te puedo meter a la carceleta porque eres menor de edad, así que...si si un poco de disciplina no te caería mal...con diez latigazos le bastan don?

-Quizá veinte? mire que mis gallinas...
-Ya ya veinte. Gonzales! reúne al pueblo, que todos se enteren que no me gustan los rateros, y después me llamas...voy a estar en mi casa.

.....................

-Julián, Gregorio ha estado medio raro, no quizo comer y está callado.
-Qué?! ahora me va escuchar, que se cree ese mocoso que la plata cae del cielo?
-Pero no seas duro con él
-Tú que lo concientes demasiado mujer, me lo vas a volver marica.

Julián entra al cuarto de su hijo con paso firme y expresión adusta. Siempre estuvo orgulloso del muchacho, no era el mejor alumno de la escuela pero si el más bravo, le buscaba peleas a todos y siempre ganaba. "Mi hijo tiene los pantalones bien puestos" pensaba, pero nunca le decía nada. Al contrario, una tunda de vez en cuando y los regaños diarios era lo único que pensaba que necesitaba para volverse un buen macho. Por eso le sorprendió tanto verlo alicaído y medio lloroso.

-Y a ti que te pasa?
-Es verdad que vas a azotar al Josefino?
-Y a ti que te importa? ese chico ha robado y merece su castigo...y cuidadito con juntarte con ese muchacho, no se te vayan a pegar las mañas.
-Es mi amigo
-Yo creía que no tenías amigos...bueno bueno, uno menos tampoco hace daño, ya basta de lloriqueos y vete a comer, que tu madre está preocupada.
-Papá...

Gregorio sacó de debajo de su cama un saco sucio del cual desprendían unas plumas. De su bolsillo extrajo un fajo de billetes. En ese instante su mujer lo llamó. "Gonzales te busca, dice que todo está listo" Por un instante, Julián dudó. Miro a su hijo y al costal.

-Quedate acá -dijo, mientas sujetaba el látigo enrollado en su cinto y se disponía a salir del cuarto.
-No
-Que cosa?! Te quedas acá mierda.

Julián salió de su casa dejando a su mujer deconcertada y a su hijo gritando encerrado. "No vaya ser que al huevón se le ocurra salirse y echarse la culpa frente a todos"

Mientras caminaba con dirección a la plaza, alzó la mirada al cielo. Estaba limpio y despejado. Respiro profundo y desenrrolló el latigo de su desgracia, el que horas más tarde olería a sangre fresca y muerte inocente. Pero entonces no sabía, no podía saber nada, solo pensaba. "Hace días que no llueve y hasta el sol ha salido, bonito día para castigar a un chivo" Se topó de golpe con una multitud de caras ansiosas de morbo, y con el chiquillo que parecía un rató asustado.

Estiró el látigo de su desgracia. Sonreía.


Mundo de Caramelo

Yo le solía tener miedo a la oscuridad.

y a los fantasmas

y a los zombis

y al mostro de debajo de la cama

y a la muerte

Cuando me asaltaban todos mis miedos juntos y en una sola noche (lo cual era muy frecuente) me levantaba en plena madrugada gritando fuerte: papaaaaaá acompañameeeeeeeee!!.

Y papá venía somñoliento, cruzando la casa de extremo a extremo para llegar a mi cuarto, echándose en mi cama que de infinitamente grande se convertía en reducidamente pequeña cuando él se dormía a mi lado. Pero yo feliz.


Porque en ese momento ni los fantasmas, ni los zombis, ni el mostro de debajo de la cama, ni mucho menos la muerte me podían asustar, porque estabas a mi lado.

Y cuando hacía el ademán de irse (cuando pensaba que estaba dormida) yo al toque me levantaba y le decía "todavía no te vayas". Sí pues mamá, te lo robaba y con franco descaro no me importaba volverlo a llamar a la noche siguiente, en la que volvía a venir porque sino yo lo iba a buscar.


Así pase mis noches de niña, pero aún recuerdo las noches de varios años antes, cuando todavía no iba al colegio, cuando era lo suficientemente pequeña para que mi padre me cargara en brazos y me cantara la canción del globo rojo.


Esa que tanta me gustaba y que tanta pena me daba


Esa con la que me arrullabas y tan efectiva era que después de unas cuantas vueltas alrededor de la cama ya me iba quedando dormida


Dormida en brazos pero despierta cuando ya intuía que me iban a llevar a mi cama.

Entonces así, toda despeinada y más en el reino de los sueños que en tierra firme, me subias a tus hombros y me llevabas a mi cuarto.

Y mientras tu planeabas por los aires yo estiraba mis deditos que rozaban el techo, perdón, el cielo... el cielo de tu mundo, papá.

Si yo fuera De Triana (Mediometraje)

Miro, las miro y las vuelvo a mirar, y con el silencio que nos deja la violencia en cada mirada, las vuelvo a ver otra vez y de nuevo…siento como la energía de sus cuerpos me alimenta fuerte y constante pero…siempre hay un pero…

Quiero poder disfrutar la vida en su máxima expresión, quiero sentarme a solamente sentir el roce del viento en mi cara, quiero entender, escuchar y ver con más claridad… tocar, sentir, experimentar sensaciones de vivir en un mundo que no es exclusivamente el suyo.

Quiero saber porque dicen que la luna es un queso y porque los ángeles no tienen espalda, conocer el mundo de las hormigas visto desde la lengua de un oso hormiguero.

Quiero tener el privilegio de sentirme como Rodrigo De Triana y gritar ¡Tierra! Y desgarrarme la garganta en el proceso… ¡Tierra! ¿Comprenden? ¡Tierra!

Quiero poder mirar hasta ponerme bizca con mi tercer ojo; y ver como los árboles se mueven de un sitio a otro durante la noche. Quiero encontrar a mi sentido común que se perdió de pronto y no me di cuenta. Averiguar si realmente el amor es el sentimiento más válido del ser humano y si la honestidad está en lo supuestamente mejor

Cuando haya averiguado todo... yo regreso... les prometo que regreso.



Puedes guardar un secreto?

Yo solo quería vivir

pero vivir implicaba un montón de cosas

entonces pensé que antes de vivir mejor era soñar

porque en los sueños los arcoiris y las casas grandes no cuestan ni dinero ni esfuerzo

pero pronto descubrí que uno no podía soñar siempre porque ahí estaba la mamá con su "hay! si no tienes nada que hacer porque mejor no me ayudas antes de estar perdiendo el tiempo!" o sino venía el profesor semiclavo y panzón que gritaba "señorita! preste atención a la clase" y por último siempre estaba la amiga que te decía "si pues no sabes y entonces yo le dije...me estás escuchando? mira que yo siempre te escucho cuando hablas y bla bla bla"

El mundo solito era muy complicado

así que saque un lapiz y escribí

y me gustó

por eso ahora escribo...pero shhh! no se lo digas a nadie

porque ahí mismito me van hacer volver

y yo me quiero quedar un ratito más.